Julio 2006, Número 1

No entiendo ni Emo
Karla Faúndez

Si, así las cosas la verdad es que siento que ya definitivamente quedé atrás con esto de lo que se lleva en música.

O en música para adolescentes.

Bueno, quizás ya es tiempo de irme dando cuenta de que YA NO SOY MÁS una de ellos y que no es ningún pecado
no entender de qué diablos se trata esto de ver a un montón de niñitos disfrazados de chicos malos en una conjunción
francamente espantosa que va desde el hip-hop, lo “neorromántico”, morrisey y todo lo hardcore junto y revuelto. Quién entiende algo entonces?…claramente yo no.

En mis tiempos de adolescente - hace poquito, no problem- si tu eras punki, eras punki, o si eras pop, eras pop, nada de eso de andar intercambiando roles hasta llegar a convertirte en una especie de híbrido andrógeno que son el acabóse para las abuelitas. Los roles estaban bien delimitados: o eras o no eras. Punto.

Por eso que este nuevo adolescente llamado EMO, es demasiado para mi, de verdad quedó fuera, de la forma en que yo lo entiendo simplemente es pose, o quizás el símbolo de los tiempos en que todo está mezclado con todo. Pero bien, como yo ya soy casi adulta y tengo otras cosas más interesantes en que pensar, en realidad el único tiempo que me daré para analizar este fenómeno es esta columna.

Pero bueno, al punto, lo que me ha dejado picada es ver como uno de estos grupos, Kudai para ser más exactos, enarbola como banda favorita a un grupo que era MI banda favorita: Fun People, Nekro, “Masticar”, “Anabelle”, todo un símbolo para la cultura hardore- melódica, media alternativa de mediados y fines de los 90.

Este grupo argentino creaba todo un mundo a su alrededor por el hecho de que sus discos se pasaban de mano en mano y eran como un pequeño secreto que no siempre querías compartir. Por eso odio a Kudai y sus poleritas de Fun People (más aún al recordar esa fatídica ocasión en que llegué a ver a los argentinos cuando el concierto ya había terminado, plop!)

Fun People representa mi adolescencia y especialmente al chico que me prestaba los discos, de hecho creo que todo tercero medio me la pasé escuchándolos y aprendiéndome todas sus canciones de memoria y jurándome media mala, cuando en verdad no era más que una tipa un tanto melancólica a la que le gustaba el pop inglés.

El vocalista de la banda- Nekro- la llevaba completamente con sus rastas larguísimas y su voz chillona, chillona (si había algo que me gustaba de éste grupo era poder chillar con ellos) y con su mensaje anarkista que yo no entendía del todo, pero que fingía entender.

Por eso me choca ver a niñitos tontos con la polera de mi otrora grupo fetiche, siento que algo se ensució y no se realmente qué, siento que el tiempo si ha pasado y que ya nunca más voy a volver a tener 16 años y bailar y cantar y soñar como lo hacía en esa época,. Pero no importa, de todas formas seguimos siendo “personas divertidas”.


 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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