|
Sociedad gallina,
el miedo a lo nuevo.
Qué
fome es Temuco.
No es fome porque sea lluvioso o frío.
No es fome porque no haya dónde ir, que de paso, no es cierto.
No es fome porque no haya arte, ni música, ni tradición
de ciudad.
En el papel, Temuco debería
ser fascinante. (Des)encuentros entre dos culturas, trenes, lluvia,
mercado, casas alemanas, universidades, más de un local nocturno,
galerías y museos. Para otros, malls, tiendas, discotecas
y restoranes. Falta playa, es cierto, pero qué diablos, tenemos
cerca volcanes y lagos, una de las zonas más lindas de Chile.
Sin duda, podría ser mucho peor.
Cómo, es difícil responder.
|
-0.html) |
Quizá la culpa no es
después de todo, de la ciudad-edificio, la ciudad-tren o la ciudad-calle.
O la ciudad-lluvia. Pareciera más acertado asignarle la culpa al
Temuco-gente, a las caras desganadas y poco amables que habitamos aquí.
A nuestra apatía crónica, que nos impide dar vida a una
ciudad que tiene tanta materia prima para ser aprovechada.
Tal vez lo peor de Temuco y sus temuquenses
es que la apatía pareciera hacernos desconfiar de todo lo que tenga
un cariz distinto, y las intentonas artísticas que nos visitan
de vez en cuando, parecen llevarnos más fácilmente a la
risa que al respeto por lo bello o lo nuevo. Si bien el arte no es per
se la ventana abierta hacia la superioridad intelectual - contrario a
lo que los engrupidos de siempre creen - el descartar a priori todo lo
novedoso y medio "hediondo" a cultura se parece más a
caer en la estúpida testarudez de los ignorantes, que a la "casi-cool"
postura anti todo.
Un ejemplo del folklor temuquense se vio
el 17 de mayo, cuando, para nuestra extrañeza, vino la cantante
francesa Pauline Croze a Temuco. Sí, una cantante de moda de Francia,
cuando ni siquiera los nacionales Pánico se asomaron por acá
en su visita a Chile. Quién es Pauline Croze, pocos lo sabían
y lo saben aún. Sólo algunos antecedentes sueltos: cantante,
media folk, que "cautivó a los franceses con su estilo".
Eso fue lo que se difundió en los medios. Con estos antecedentes,
podrían haber dos posibilidades: la primera, asistir al poco común
evento para salir de la curiosidad. La segunda era simplemente no asistir,
y no es difícil suponer que fue esta última la adoptada
por los temuquenses.
El Aula Magna de la Universidad Católica
de Temuco ostentaba un vacío bochornoso. Incluso los que sí
asistieron, se limitaron a sentarse y mirar desconfiados el sencillo y
bello espectáculo de la cantante, que algo intrigada intentaba
animar al apático público.
Resultado: un show que seguramente quedará
en la mente de la cantante como uno de los más curiosos, por decirlo
así, que le ha tocado dar. Sólo un episodio más en
su vida. Pero para Temuco, una pérdida más. Dudo que los
organizadores queden con ganas de intentar algo más, de reiterar
la experiencia. También se sienta un precedente, que seguramente
serña poco seguido por otros productores.
Es nuestra pérdida, pero queda la
pregunta de si a alguien realmente le interesa.
|